A ciertas edades estamos siendo "impregnados" por el agrado y la nostalgia de tiempos pasados en general, no son sólo recuerdos de esas máquinas recreativas del Pacman o del Tetris,de esas películas en blanco y negro de Ava o Marlon,de esas equipaciones deportivas de la Olimpiada de Munich o de las Air Jordan; esos cómics de Mortadelo o de Zipi y Zape,de esos olores evocadores del algodón rosa de las Ferias, de esas sonrisas nerviosas cuando la novedad te sorprendía... ahora, los que tenemos cerca de los 40, nos encontramos con viejos "amores"que nunca se fueron.
Me diréis que es normal, que son cosas lógicas en la vida, pero no. Se ha incrementado ese sentimiento de nostalgia.
Las condiciones sociales, económicas, sentimentales, las que sean, nos llevan cada vez más a estar solos. Tenemos menos miedo a la soledad elegida y muchos no hacemos ascos a compartirla con otras personas solas.
Antes había muchas más parejas, no tenían que encajar las piezas.
Ahora triunfan los grupos de singles, las páginas de Facebook donde se recuerdan cosas del pasado y los polvos con gente de nuestra más remota existencia. Polvos pendientes.
A esto lo llamo yo amor "retro" o polvos "retro".
Suelen suceder tras rupturas traumáticas o relaciones que han sido largas en el tiempo. El "dejado" suele volverse asexual y repudia todo contacto con personas que impliquen poder quedarse con poca ropa e intercambio de sudores.
Ahí es donde aparece el pagafantas que con 15 años te agarraba la mano en un descuido en el cine, ese mismo tipo que a los 18 podía comprobar como tras tres años de intentos fallidos de acercamiento labial la muchacha gemía en el cuarto de un chalet de urbanización rica cuando se celebraba una fiesta con alcohol en cantidad generosa.
El pardillo había gastado tiempo, dinero y sentimientos en cortejar a la mujer (pardillo=crío y mujer= no cría), ella buscaba calor humano. Así eran las cosas, los lanzados ganaban, los torpes y tímidos recurrían a Onán.
Pues lo que decía, hay muchas separaciones y esas mujeres y esos hombres que han estado tanto tiempo (esto es relativo) "cumpliendo condena emparejados" salen asqueados y pasan de complicarse más la vida con golf@s de amor apresurado. Por eso recurren a gente del pasado que eran pagafantas y que saben que serán inofensivos.
En este momento pueden pasar dos cosas: que el pardillo siga siendo pardillo o que el pardillo haya espabilado. Si no ha cambiado seguirá pagando cosas mientra escucha penas, si ha cambiado aprovechará que se han bajado las "barreras" para meter gol (o recepcionarlo, según sexo y caso).
Esto explica esa frase que tanto vais a oír a partir de los 30: "nada, nos conocíamos de toda la vida, quedé con él como amigos y no sé como me le follo cada quince días, y oye tan bien. Es lo que tiene la confianza.Me hace sentir cómod@, ¡me conoce tan bien!".
Es por esto mismo que os aconsejo que aprovechéis estas oportunidades. Son relaciones que no os darán problemas porque no les interesáis, sólo os quieren de "ave de paso". ¡Saldad cuentas con el pasado!".
Ahora mismo vuelvo a casa después de que Laura (sigue estando preciosa) empezara por contarme lo triste que estaba y acabara sonriendo encima mío. Pasó de las lágrimas a las risas, cuatro cervezas Mahou ayudaron.
Antes sólo lloraba yo cuando me gastaba toda mi propina en entradas para el cine y en dos refrescos de la Pepsi cuando veíamos el programa doble en el que siempre echaban una de Bud Spencer y a veces, con suerte, de Bruce Lee.
Hacía muchos años que no nos veíamos, unos 24, y el azar nos hizo coincidir en la cola de INEM. Ella sigue siendo igual de guapa y yo peino canas.
Hemos cerrado un círculo, hemos finiquitado un deseo que estaba abierto (parece ser que por ambas partes) desde hace mucho tiempo.
Al entrar en mi habitación he roto el póster de Samantha Fox que tenía en la pared y en el que tenía escrito con boli Bic : "algún día estaremos juntos", con un corazón y nuestros dos nombres en cada lado. Ese día ha llegado.
Samantha Fox, ainssssssssssssssssssssssssss
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