No, no quiero que se vaya Gabriel Solares pero he aprovechado que es canchero y tribunero para mangarle la foto de una publicación que él hizo con mucho humor, cosa que yo agradezco.
Hoy hemos empatado a cero con el Córdoba. Partido igualado, típico de Segunda, bronco y que pudo ganar cualquiera. De hecho se anularon, bien, dos goles. Uno por cada escuadra.
Tenemos carencias y tenemos virtudes. Las virtudes son el compromiso de TODOS los jugadores, la presión alta tras pérdida y las porterías a cero.
Las carencias son variadas. Faltan extremos (mínimo uno), un delantero centro de más para poder jugar con dos arriba y cierto temple en algunas cosas. Especialmente Alejo. Me tendrá en su barco siempre porque se va a dejar la última gota de sangre por sus colores pero tiene que ser menos beligerante. Un poquito de cabeza y será clave. Ha metido más centros buenos en tres partidos que el locuaz máquina en años.
La media ya está cerrada tras la presentación sorpresa por el vídeomarcador. El extremo cerca y lo otro dependerá de las salidas. Eran cuatro en la rampa (los descartados de hoy) y creo que se quedará uno. El sibilino. Aunque como es inteligente seguro que escucha a su gente y se va a un mercado que cierra después.
Siete puntos de nueve está de puta madre. Tres porterías a cero también.
Yo soy optimista. No me pilla esa ola voluble de pesimismo. Es la Segunda y aquí todo está igualado.
Demos tiempo. Hay trabajo, buenos hábitos, masa social, muchos remando a favor y cada día menos manzanas podridas. Veremos el lunes cómo queda la plantilla y confiemos en que el hábito se convierta en costumbre, como cuando Rubio nos acostumbró a perder todo pero al revés.
Otro día tenemos que hablar de los jugadores «resucitados». Gratas sorpresas.
Fe. Tiempo tendremos para llorar.
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