lunes, 13 de febrero de 2017

IMPÚDICO DESNUDO



Puede que creas que me conozcas porque me pones un like cada semana, hayas leído mi libro o me haya metido en tu cama,
Puede que incluso te permitas el lujo de pensar que mis sonrisas son sinceras y que no sangro ni lloro cuando estoy a solas.
Te equivocas.

No soy lo que crees que soy ni lo que esperas que sea, soy mucho más que eso a ratos y menos la mayor parte del tiempo, salvo cuando dejo de serlo.

Me he sorprendido siendo fuerte cuando se me ha necesitado  - no estándolo-  y mi sangre sin ser azul es más digna que la de cualquier pijiprogre de los que se pelean a codazos por salir en la foto con el concejal de cultura de turno. Sea la piedra redonda o cante, al final ese glamour se paga con la bandera de Japón tatuada en la retaguardia, salvo que te guste vivir de prebendas y seas músico, escritor, cocinero o cuñado de moda.

No tengo pareja ni hijos pero por eso no soy menos que tú.
Trata bien a tu pareja, sepárate y respeta. Las lecciones de moralidad de los penitentes puteros no me las tomo en serio.
Tampoco creo que haya que adorar a ningún Dios ni asistir al culto por decreto, aunque los periódicos me impongan el careto de los fieles de la ley del embudo, la "organización criminal" presunta y la valla con concertinas. Mi éxito es otro, quizá no ser como vosotros. No me habléis de Trump cuando aquí tenemos fundaciones financiadas que adoran a asesinos.

Se me acusa de cometer laísmos y leísmos, lo asumo, trabajo en ello. Mi más de medio millón de visitas de este blog verán una evolución, vuestras cuarenta visitas al mes disfrutarán de vuestra certeza al escribir. Si no te gusto no me leas. Incluso con mis faltas se me plagia con Elegancia, así que imagina si escribiera mejor. Demasiada fama.

Mi colección de ángeles me protege de gente que no ama  al prójimo. Sí, me conozco la Biblia mejor que tú, que tanto la paseas debajo del brazo. También sé que hay cubatas de garrafón que me sientan mal y lo sé porque lo he probado.

Follo menos de lo que querría, amo más de lo que debería y me estiman más de lo que merezco.

Conozco mi camino. Está rodeado de rosas con muchas espinas y mi estrategia es que no me pinchen más, aunque sé que la vida es una noria en la que se prueba y se falla, se pierde y se gana, se espera...y a veces se consigue.

No celebréis mi velatorio, no pienso irme tan pronto. Desde que miro a los ojos a la muerte la he perdido el miedo y creo que ni con un ejercito de espartanos se me podrá parar.