lunes, 27 de agosto de 2012

YA NO QUEDAN PRÍNCIPES AZULES

                                                     Blancanieves antes de irse al catre

Estoy hasta los mismísimos de escuchar a las interesantes y admiradas mujeres que conozco que ya no quedan príncipes azules.
Esta falacia viene derivada de una queja masiva sobre la falta de galantería de los de mi condición sexual. Toda generalización acarrea injusticia, recuerdo.
-¿Existen princesas azules?
- No
-¿Por qué?
- Porque no existe gente azul.
Vale, ahora me diréis que "vaya chorrada", que es una obviedad, que eso lo diré yo que soy miope, ¡no! no existen, es un invento de Walt Disney para jodernos a los tíos. Un plan malvado.
Las mujeres se quejan de la no existencia de caballeros como si hubieran conocido a muchos en persona fuera del mundo del celuloide. Comparan la vida real con la de la fantasía, pagar facturas y ver a mediocres en el Congreso con ir montado en un corcel negro galopando en busca de damas que quieran tirar sus trenzas por una almena.
Y yo os pregunto, amigas lectoras, apelando a vuestra  inteligencia muy superior a la de los triviales hombre, ¿gozaban las princesas?.Yo las veo con cara rancias,pálidas y desmejoradas, y no me refiero a las del papel cuché que hablen bable.
Es decir, iba el metrosexual cabalgando durante muchos kilómetros (como olería el sobaco del tipo) la cogía en sus brazos ¿y? ¿besos sin lengua?¿dónde está el roce? ¿queréis eso? ¿no os molan más los tíos pasionales?
Es un tópico estúpido, como el de poner de ejemplo de caballero a Humphrey Bogart. Era un tío con una parálisis en el labio (parecida a la de un expresidente que "estaba trabajando en eeeeeeeeello" con acento mexicano)y que tenía una pinta de ser más aburrido que un chotis (perdón madrileños).
Un tipo con gabardina arrugada, sombrero que le tapaba la calva y cara de seto que decía frases cortas ¿eso es un caballero?¿es el ideal de seductor?, llamadme raro pero me quedo con George Clooney como ejemplo de ello.
Un sábado de estos debo probar, me pondré una gabardina y me acercaré a una tía en la barra de un bar. Si no me denuncia por exhibicionista creyendo que voy a enseñarla "la reglamentaria" pensará que soy un gilipollas.
Si me visto de azul con leotardos y voy en caballo por donde hacen botellón eso ya sería otro tema, lo mismo creen que estoy haciendo teatro de calle en una performance y me dan algo de pelas(tengo que madurar esta idea).
Las mujeres os quejáis de que el mercado está muy mal, cierto, pero porque no sabéis que apuntar en la lista de la compra. A mi me mola Monica Bellucci y se que (de momento) no es viable, por eso me conformo con fijarme objetivos más realistas y mucho mejores, ¿qué hago yo hablando italiano?, nunca lo he hablado y nunca lo volveré a hablar.
La frustración se provoca con objetivos no reales.
Otro tema es que os gustan los macarras. Si tenéis trato con gente que guarda a su abuelo (en trozos) en una maleta debajo de la cama , que se afeita con machete,que los tatuajes de su cuerpo no te dejan saber si es blanco o negro, que los pelos del sobaco le sirven de flequillo y que cuando queda con vosotras visita más el servicio que el melenas pijo de Ibiza, pues ya sabéis lo que os espera, luego no os lamentéis de que son violentos, vosotras sois tontas del culo por estar con ellos.
También puede darse el caso contrario, el típico tío seto que no hace más que hablar del fútbol, de si, de si, de fútbol, o no hablar. Ese que suele estar acompañado de dinero y que os paga las copas a cambio de exhibiros, ese os aburrirá, así que no os llevéis las manos a la cabeza, tendréis lo que queréis :monotonía.
Mientras, algunos sonreímos, porque las circunstancias, el tiempo y leer a Jardiel Poncela mezclado con Benedetti nos sigue dando la razón.

jueves, 23 de agosto de 2012

LA CHICA DEL PERRO MUERTO

                                                Fiel imagen de la raza del cachorro en cuestión


Esta no es una historia real, todo lo que en ella se cuenta no pasó y es solo producto de mi imaginación.

Ella salía tarde de trabajar.
Era rubia, 14 o 15 años más joven que yo, buen cuerpo y cara bonita.
Agradable en la conversación y con la capacidad de no crearme muchas complicaciones, lo que necesitaba.
Nos comunicamos por messenger y whatsapp, estos medios que implican ahorro de tiempo y que facilitan la cercanía de voces, cuerpos y errores.
Ese día se me había anulado un plan con faldas, me sentía aburrido en un bar del centro de la ciudad, no me cabían más cafés en mi cuerpo y la opción de ingestar cervezas no había sido sopesada. Prometía ser un día gris de esos en los que acabo en casa viendo la NBA mientras que doy buena cuenta de unos bollos con chocolate en su interior.
Recibí un mensaje suyo, estaba aburrida y saldría pronto de hacer más grande a una conocida cadena de comida rápida, me propuso ir a su casa a ver una película, yo acepté.
Tengo casi 40 años, si voy a casa de una chica de veinticinco no es para ver películas, creo que queda claro.  Es algo que va antinatura, es antilógica, vamos que tenía unos pensamientos en mi cabeza y sonaban motivantes.
La recogí con mi coche, la acerqué a su casa que era un piso alquilado nuevo, bonito y funcional.
Entramos por la puerta, sabía que tenía que hacer un poco de paripé por no ir directamente al catre y demostrar que mi fama de Don Juan se queda corta.
- ¿Estás bien?,te veo poco habladora
- No, no estoy bien
-¿Qué te sucede? ,por cierto ¿dónde está el cachorro que tenías desde hace unas dos semanas?
En ese momento, hizo como si llorara (sin lagrimas) y pude ver en su cara un reflejo de la prota de Carrie, juraría que la cambió la voz y todo y dijo:
- Está en la cocina, está muerto.
Creí que había entendido mal, pero no, había entendido perfectamente.
Abrió la puerta de la cocina y ahí estaba el cachorro, en su cestita, como dormido. Me acerqué para moverlo, estaba todavía caliente y muerto, muy muerto.
-¿Qué ha pasado?
-Le paseaba por el parque, comió unas setas y empezó a vomitar y después dejó de respirar.
Mi cara no demostraba ningún gesto, pero un color blanco se adueñaba de ella.
- ¿Y no le has llevado a un veterinario?
- No pude, tenía que trabajar. De eso hace 9 horas.
Mi cara ya era una mezcla de miedo, compasión, incertidumbre, acojone. Me quedo con la última.
-¿Vamos a ver una peli Carlos?
Estoy loco, no tanto como para acabar como el perrito, en una cesta en posición fetal, mi isntinto de supervivencia me llevo a decir:
-¿Cuál vemos?
-¿Transformers?
Yo habría dicho que si a todas, incluso a Almodóvar.
Nos sentamos en un sillón, yo no podía dejar de oler a perro muerto, cada vez más.
Reconozco que en algún momento pensé en salir corriendo, pero me tragué esa película, la más larga del mundo, sin hacer comentarios, sin casi rozarla, durante toda la sesión. Todo impregnado de un olor a perro muerto que llegaba de la cocina.
Acabado el filme, y con lo antiviagra de la situación, me despedí con dos besos en cada oreja, para no caer en el error de importunar a esa amable señorita con la que había tenido el placer de pasar la noche.
No he vuelto a verla.
Llegado a casa me aprovisioné de unos cuantos croissants rellenos de chocolate y quise volcar con ellos la tensión vivida, alegre de poder contarlo y ufano de que no dormir en su cocina esa noche.


miércoles, 22 de agosto de 2012

BAILANDO SALSA


Caminaba con rumbo a una cafetería de las que tienen desayunos generosos a buen precio y saben que el tomate de mi tostada en mi "Mediterráneo" no son láminas gruesas.
Otra ventaja es que tiene varios periódicos, con lo cual me aseguro lectura informativa y compañía.
Tuve la mala suerte de que en el trayecto me encontré a una conocida bajita, con pelo rozado y caderas amplias (no feas) que me soltó una batería de preguntas tácitas  carentes de interés por su parte al preguntar y por mi parte al responder.
Era jueves, hacía calor, volaban las palomas, ¡yo que sé! el tema es que escuché lo que me decía. Es de esas personas que su única función de preguntarte es soltarte su historia que quiere que escuches y con la que te hace ser el "elegido" para la chapa. Con solana son menos aguantables, pero sus caderas estaban perdiendo amplitud en mi mente.
Me comentó que iba a bailar salsa con un grupo de gente muy maja (nadie es sincero y dice la verdad : en todo grupo hay gente maja y gilipollas) y que además de un ejercicio social era también físico, resaltándome lo bien que se la queda el bioritmo después de tales sesiones.
Mi afán de cazador en estepa africana me hizo acceder a su invitación de acompañarla esa misma noche. Pensé que esas caderas en mis manos no deberían quedar tan mal, y que disimular mi falta de coordinación durante unos minutos tampoco tenía que ser tan difícil.
Sobre las 22 horas de la noche la pasé a recoger. Yo iba con vaqueros y camiseta a lo Marlon Brando, ella con faldita negra de volantes y top a juego. Parecía que acababa de ser nacionalizada brasileña, vi ante mi a una garota de Ipanema. La noche prometía.
Fuimos a un garito con poca luz y música alta, me hago mayor, no tolero los ruidos altos.
Saludó al portero que era un armario de 2x2 el cual me lanzó una mirada cómplice donde pude leer claramente compasión. Empecé a preocuparme.
Me presento a Paolo, el jefe del tinglado, y a un montón de compañeros que sonreían felices cual secta de túnica naranja y amor libre.
Me acerqué a la barra y me pedí una caipirinha, cuando ni siquiera la tenía cerca de mis labios mi amiga me agarró de la mano y dijo:
- ¡Veeeeeeeeeeeeeeeeeeeeenga, a mover el esqueleto!
Comprendí que el polvo no me iba a resultar fácil, y que tenía que demostrar algo antes.
Entonces, no se como fue,pero me vi envuelto en un maremágnum de gente que daba vueltas como posesos, me daban vueltas a mi, me frotaban mi cebolleta con su culo, sonreían a lo Profiden y formaban curiosas coreografías tipo Flash Mob, las cuales me resultaban demasiado complicadas.
Tome la determinación de que todo ser que me tocará recibiría unas vueltas sobre su eje, así pasaron unos interminables minutos en los que me sentí patoso y fuera de sitio.
Me acerqué a la barra donde me esperaba, caliente, mi bebida. A esas que se me acerca Paolo, un mulato con trenza de lo más mono, y me dice:
- Carlos, hermano, tienes madera de bailarín, te veo bailando salsa muy suelto, ¿quieres apuntarte a clases para mejorar tu técnica?
- ¿Mejorar? ya me gustaría, pero es que yo por las tardes suelo tener clase de bolillos y me viene mal, ¡una lástima!
Paolo se alejó siendo menos simpático de lo que parecía cuando me quería "captar" para su causa, pilló de la cintura a mi acompañante y la soltó un morreo que creo que me pareció ver como la salía la lengua de él por la oreja izquierda.
Sonreí aliviado.
A esas que la camarera, una morena tetuda con flequillo a lo pin up me dice:
- ¿Eres escritor?¿tienes pinta de escritor?
- Hoy es tu día de suerte preciosa, tengo un poema en mente y me falta una musa, ¿a qué hora sales?
Esa noche cambié la salsa amarga por la guindilla sabrosa. Buen cambio.

lunes, 20 de agosto de 2012

LA ENTREVISTA MÁS PUÑETERA JAMÁS RESPONDIDA

Una tarde de Agosto, más de treinta grados a la sombra, me dirigí a los estudios centrales de una conocida radio.
Me recibió una recepcionista de generoso escote, gafas de pasta y coleta rubia. La pedí el whatsapp y un vaso de agua fresca con una sonrisa.
Me pasó a una sala de espera con revistas demasiado viejas y unos cuantos periódicos ,del día, que me sabía de memoria. El hilo musical era Sacred Spirit, gritos de indios, me relajan y motivan, era buena elección.

Salió a recibirme una mujer atractiva cercana a las cuatro décadas, me da la mano, yo pensaba darle dos besos, me quedé con las ganas y el molde.
Sus ojos me miraban fijamente, su dicción era buena, muy diferente a la mía. Me invitó a sentarnos en dos sillas ergonómicamente correctas. Me gustaban sus labios y sus pómulos, me lo callé.

La conversación fue, más o menos, así:

- Buenas tardes Carlos, encantada de recibirte.
- El placer es mio Sandra,no tengas la menor duda- sonrío pícaramente

- Por teléfono me dijiste que estabas dispuesto a responder a todas las preguntas, ¿es así?
- No tengo miedo a ninguna, no tengo más miedo que el que me provoca la incertidumbre- respondo con la intención de hacerme el interesante.

- Dices que eres escritor y no has publicado nada, ¿no es un poco confuso eso?
- Totalmente de acuerdo, digo que soy escritor para ligar, es como lo de las gafas de pasta que llevo, puro  atrezzo. Bueno, para tu tranquilidad te diré que publicaré algo pronto.

-¿Si?vaya, ¿se puede saber de que se trata?
- No mucho. Digamos que tengo un proyecto coral solidario, uno individual casi-biográfico y otro con mi gran amiga Michelle Sánchez, una  ilustradora impresionante. Me ilusionan las tres cosas, daremos que hablar.

- ¿Qué piensas de los escritores que conoces personalmente?
- Tengo comprobado que los que menos te dan la chapa son los mejores, solo los mediocres te llenan tu muro de Facebook con su mierda repetida y tienen la obsesión de hacerse notar como queriendo decir : ¡soy chupi!.
Hay mucha calidad y quizás echo en falta algo más de humor. Veo a la gente muy trascendental.

- Se comenta que eres muy prepotente, demasiado chulo, y que siempre presumes de gran conquistador, ¿es cierto?
- Bueno, soy irónico, muy chulo y mejor conquistador de lo que digo, peco de modestia.

- ¿Por qué la mayoría de tu público es femenino?
- Porque tienen mejor gusto que el masculino, obviamente.

- Nunca te mojas hablando de política...
- Si lo hago, son el mismo perro con distinto collar, misma mierda. Todos huelen mal, hasta que no se quite el olor a podrido no volveré a votar.

- Has vivido años en Cataluña, ¿qué piensas de que quieran ser independientes?
- Siempre he sido muy bien tratado allí, no tengo queja. Creo que si lo hacen por el lado político es legítimo, aunque no creo que sea la panacea para salir de todos sus males. Si respetan la Constitución y la voluntad mayoritaria de su pueblo.. que procedan. Me jode por la selección de basket, sin Navarro y los Gasol lo llevamos jodido.

- Alguna vez recibiste algún correo acusándote de homófobo y de misógino. ¿algo que añadir?
- Tengo poco tiempo para responder a ignorantes, si lo tuviera les enviaría una foto riéndome.

- ¿Cuáles son tus influencias?
- Tengo muchas. Me gusta la música de Arjona, Sabina, Melendi, el rock (preferiblemente en español), la clásica, la música celta...
En cuanto a literatura me quedo con Saramago, Benedetti y Jardiel Poncela.
De mis personajes admirados escojo a Groucho Marx , House y al enano de "Juego de Tronos". También me influye el tiempo, la regla y mis fobias.

- ¿Tienes fobias?
- Si, a los caniches y a los ornitorrincos. Es algo terrible.

- Volvamos a la literatura, ¿qué esperas de ella?
- Emular a Hank Moody, dar un pelotazo y vivir de las rentas toda mi vida. También quiero la paz del mundo.

- Tienes un blog que no lee nadie, ¿por qué presumes de él?
- Es como un hijo cabrón, te da dolor de cabeza pero es tuyo y además sé que cumplo con la gran función social de proporcionar alegría a la gente.

Aprovechando una pausa disimulé como si me fuera a atar el zapato para ver las piernas de la inquisidora verbal y vi ,debajo de la mesa ,una mata de pelo blanca - ¡coño, un caniche! - golpeé la mesa al levantarme rápido y huí despavorido de aquella infernal entrevista donde me desnudaron sin coito y me atemorizaron con esa criatura del infierno. Todavía tengo pesadillas.




martes, 14 de agosto de 2012

ESCUCHANDO RECITAR POEMAS A GABRIELA COLLADO CON ACENTO ARGENTINO

                                      La Collado posando con aire aventurero


Era un día de esos en los que se te cae la casa encima y no quieres quedarte debajo para comprobarlo.
El calor me nublaba la capacidad de pensar, ya deteriorada por los años de juventud cuando nos reuníamos en un parque con cerveza caliente, sueños y prisas. Luego la cerveza la tomábamos fría, los sueños se aplazaron y las prisas se convirtieron en incertidumbre.

Me puse un pantalón ancho, una camisa a juego, las sandalias negras (que pegan con todo) y unos billetes rojos en la cartera.

No tenía rumbo fijo, solo quería tomar algo fresco escuchando jazz. Suelo abusar de esa música cuando las musas me ponen los cuernos con otros o cuando yo no sé cortejarlas con mi palabrería de barra de bar.

Andando sin rumbo como alma en pena, emulando el paso cansino del que no tiene hora para llegar a ninguna parte, me topé de manera sorpresiva con un tugurio de los que me gustan.

Por fuera escuchaba música ligera de saxo, preciosa palabra que provoca sensaciones terrenas en mi mente.
En la puerta se anunciaba un espectáculo de poesía erótica, el saxo se convirtió en sexo en mi cabeza, mezcla perfecta para romper la desidia y sucumbir al placer de paladear manjares de dioses envueltos en cabello de ángel.

No era un ángel la que recitaba, era una diosa con acento argentino, ataviada para la ocasión, amplia sonrisa, capacidad de atracción y mirada segura.
Me hice con una mesa para dos en la que disfrutar del espectáculo sin nadie. Me proporcioné un mojito, bien hecho, con el hielo picado como Dios manda. De tapa unos frutos secos con gominolas.

No suelo impactarme con muestras de arte anónimas, pero esa noche me quedé enganchado a una voz, a una forma de contar las cosas, unos versos que salen de dentro como evitando los filtros censores de la prudencia.

Al finalizar la dama del vestido sexy negro se me acercó sonriente y me preguntó que si me gustaba la poesía.
Yo, temblando, la contesté que depende del continente de la magia que invoquen los versos bien recitados. Ella me dijo que era una maga viajera, y que si quería podíamos viajar juntos al mundo de las sensaciones. Entusiasmado acepté, y esa noche creamos sobre una servilleta ,de aquel local, un poema de los que no se enseñan porque son demasiado intensos, demasiado sinceros, demasiado verdaderos.

Gabriela Collado es una poetisa argentina que vive en Logroño, aunque ella se considera universal, y yo lo reafirmo.
Escribe de sentimientos como quien susurra al oído emociones, con calma, dedicación , cultura y pasión.
Sobre mi mesilla tengo dos de sus libros, que he devorado ya varias veces imaginando, recordando, su voz que se me quedó impregnada desde la noche en que el destino y el jazz nos unió.
Acaba de sacar "Amore ma non troppo", un gustazo solo para gente no carente de sentimientos.
Os adjunto sus enlaces y para finalizar un vídeo del día que la conocí.
Emociona, hace sentir, imprescindible.

Sus libros:


Sus enlaces:









El vídeo de aquella noche :

                                            Gabriela en pleno espectáculo, recomendable






viernes, 10 de agosto de 2012

LOS CHAPAS DEL FACEBOOK




                                                Campos de acción de los pesados






No quiero ser injusto, se que "chapas" hay en todos los lados, Twitter, Tuenti, la cola del supermercado, el autobús, la piscina, el bar cuando degustas un café con ganas de evadirte del mundo,el parque cuando estás mirando las mariposas, etc...

En este caso me centraré en los del Facebook. Hay varios tipos:


  1. El que te etiqueta en sus chorradas. Hay que tener mucho cuidado con el tema de a quien le caes bien. Si tienes la desgracia de caer bien a un chapas te etiquetará en todo, para dar una imagen de que has aprobado su obra  (suelen ser mediocres), sus fotos (sueles aparecer mal) o sus pensamientos (suelen ser copiados pero sin hacer alusión a la fuente). Son gente peligrosa, no pilla las indirectas y no te queda más remedio que eliminarlos, desafortunadamente solo del Facebook. Otra opción es la pedir aprobación cada vez que te etiquetan, pero esa es menos sangrienta y más aburrida.
  2. Los que te llenan de mierda su muro con sus temas. Si Martina Klein me llena mi muro con sus fotos me jodería,pero lo podría tolerar. Eso si, que un tipo calvo al cual no conozco tape MI publicidad, en MI muro, con MIS cosas , de lo que quiero compartir porque me sale de MI apéndice, con sus mierdas me jode, así lo digo, me jode. Hay muchos de estos que no tienen medida, no se si tienen pocas neuronas o mucho ego. Más sangrante es cuando lo hacen en muros de empresas, me parece que su estupidez no tiene techo. La educación de los moradores accidentales de tales tropelías me parece impagable. Mucha mierda de mucho mierda sordo mancha muros, yo lo digo, algunos os calláis. 
  3. La gente que cree que por poner un enlace 2000 veces tendrá más visitas. Como en todos los casos aquí hay mucho ignorancia derivada de la falta de estudios y de una sordera crónica. Está bien publicitar tu trabajo, es una buena herramienta, pero cuando lo haces en exceso, con mensajes contradictorios , y con un extremado mamoneo en los comentarios se consigue el efecto contrario: la repulsa. Cuando veo que mi Timeline lo cubre una misma persona con una misma chorrada puesta en plan psicópata la limito en su visibilidad, no me interesa, me aburre, y me da la sensación de que debe ser muy pobre lo que ofrece cuando tiene que mostrarlo tanto.
  4. Los comentarios reiterados, mamporreros y faltos de objetividad puestos a saco. Todos tenemos más afinidad con unos que con otros. De hecho yo la tengo con 30 personas de mi Facebook, es humano. Lo que no me parece muy coherente es cuando un grupo de personas, para publicitar un tema, se lanzan piropos de muro a muro como si no hubiera más opinión que la suya, como si los demás fuéramos raros si pensáramos que es una mierda. A estos comentarios grupales y que parece guionizados les acompañan los de l@s 7 pajer@s de turno a los que les falta tiempo para dar la palmadita en la espalda y halagar lo que estoy seguro que no han leído. Falta de frescura que conlleva desidia por el tema.

En definitiva, la gente cree que hace publicidad positiva y lo que hace es publicidad NEGATIVA.

No es cuestión de no mostrar tu obra, es cuestión de hacerlo con coherencia y dejar espacio para que los demás puedan opinar sobre ella sin condicionar el pensamiento. Se demuestra incoherencia, mediocridad y patetismo con algunas actitudes.

Me aburren los chapas del Facebook, me voy al bar para que el viejete me cuente sus batallitas de la post guerra que me resulta más gratificante, y encima pagará él.















jueves, 9 de agosto de 2012

FÉLIX SANCHO GRACIA, EL ÚLTIMO CONQUISTADOR


Todo el mundo le llamaba Sancho Gracia, aunque sus cercanos y la gente que le apreciaba le llamaba por su verdadero nombre, el de pila, que era Félix.

Le conocí hace casi 20 años en una fría noche de otoño.
Mi amigo Rafa y yo estábamos por una céntrica zona de copas de Valladolid, escasos de efectivos monetarios, cuando me propuso una idea que pasó de ser absurda a mítica.
Se celebraba por aquellas fechas la SEMINCI (la semana de cine internacional) un festival que se caracteriza por su buen gusto cinéfilo y por la calidad del mismo a ojos de la prensa extranjera.

Pues estábamos de noche, con poco dinero, aburridos y el bueno de Rafa propuso colarnos en esa fiesta que hacen de inauguración en todos los festivales donde están presentes todas las personas de la industria cinematográfica y alguna muchacha de gran escote en busca de un plan de pensiones.
Había barra libre de comida y bebida, era una oferta irrechazable por unos jóvenes e irreverentes muchachos.

No llevábamos unas pintas especialmente elegantes, pero le echamos morro, mirada al frente e indiferencia hacia los porteros de la fiesta. Entramos. Años más tarde mejoraríamos la técnica yendo de traje.

Estábamos en el paraíso, podíamos comer y beber todo lo que queríamos,pedíamos los cubatas de dos en dos, rodeados de gente famosa, tías estupendas y preciosidades que con el tiempo serían famosas como Elena Anaya ( cuya mano pedí a su madre, estoy a la espera de respuesta pero sospecho que será negativa la misma).

No voy a enumerar a los asistentes, no voy a comentar nada de la fiesta privada en la que derivó esta fiesta, hoy quiero recordar a Félix.
De cerca acojonaba, tenía el gesto serio, estirado, seguridad y una gran rotundidad en todo lo que decía.
Los que no tuvieron el placer de conversar con él hoy aludirán a Curro Jiménez, otros contaremos dos cosillas para recordarle como a él le habría gustado.

Nos acercamos a hablar con él,algo nerviosos,después de que nos examinó de arriba a abajo con gesto irónico le preguntamos sobre su capacidad amatoria tan comentada, y después de contarnos alguna historia con alguna famosa como Raquel Welch nos dijo una frase de esas que se te dejan grabadas, por su ingenio. Bueno, dijo varias, pero esta fue una : "chicos, ¡yo he metido kilómetros y kilómetros de polla!" y soltó una carcajada que resonó en toda la sala.

Se encontraba a gusto contándonos historias, yo diría que incluso aliviado de no estar con los famosos de turno. Era un galán de los que no quedan, guapete, educado, voz potente, canalla, golfo y en sus últimos años muy enamorado de su mujer. Una delicia de persona.

Años después nos volvimos a encontrar en la salida de otra fiesta. Llovía, a él ya le habían detectado el cáncer. El no llevaba ropa de abrigo y yo me ofrecí a dejarle el  mio, el Ribera del Duero me daba demasiado calor. Se negó a ello haciéndose el remolón, pero me miró y cambió de idea, se puso el abrigo por encima de la cabeza, me dio las gracias amistosamente y luego nos pagó unas cervezas (insistiendo)  con la amabilidad que siempre tuvo y la elegancia que pocos tendrán.

Me ha jodido su muerte hoy, no suelo apreciar a gente de otras esferas, este era una excepción, era todo personalidad, un gran actor y sobre todo era un buen tipo.



miércoles, 8 de agosto de 2012

¡YO QUIERO UN MATRIMONIO MORGANÁTICO!


                                   imagen procedente de zankyou.es (thank you por ella, ;))


Matrimonio morganático :es la unión realizada entre dos personas de rango social desigual —por ejemplo, entre príncipe y condesa o entre noble y plebeyo—, en el cual se previene que el cónyuge y cualquier hijo de dicha unión herede u obtenga los títulos, privilegios y propiedades del noble. Es conocido como «matrimonio de la mano izquierda» porque en este tipo de matrimonio el novio sostiene la mano derecha de la novia con su extremidad izquierda cuando lo normal es hacerlo al revés.

Pues bien, yo quiero uno de estos, me lo envuelve y me lo llevo.


Uno tiene su edad, tiene un reloj biológico que periódicamente le recuerda el deber que uno contrae con la humanidad al no poder dejarla sin descendencia, tiene la certeza que hacer botellón con cervezas calientes ya no se sostiene, las chicas de una noche se convierten en eternas si lo son más de 30 minutos, el espejo pone espacio donde antes había pelo y sumamos a todas estas catástrofes entendibles que los números en rojo del banco cada vez son más rojo oscuro.


Es por eso que he decidido contraer matrimonio con una noble.


Hace tiempo que llevo madurando la idea. Recuerdo hace años cuando me paseaba por las playas de Sant Feliu de Guixols -con el pecho depilado y un marcapaquete de bañador - con la única idea de encontrarme casualmente con la baronesa Thyssen. 
Ya se que alguno estará pensando que porque se iba a fijar en mi , pues a eso tengo que añadir que ya estuvo con un tipo de pelo rizado y que tenía más pluma que el que nos jodió los juegos olímpicos, ese de Mónaco. 
Yo doy más el pego, soy alto, tengo buena conversación, no me tiro pedos en público, estiro levemente el meñique cuando tomo te y siempre uso el halago como medio para bajar las defensas.

- ¡Estás preciosa! ¿has adelgazado?- típica expresión que sale de mi boca, tan común como dar los buenos días al panadero justo antes de decirle que me de una barra de pan menos hecha.


La baronesa nunca apareció, ella se lo pierde. Soy mejor amante que mentiroso. El majo desnudo de Goya de cualquier adinerada mujer que quiera pintarme en su lienzo con oleo fresco. 


No sé como lo haré pero yo quiero mi matrimonio morganático. Tengo el problema de que no juego al balonmano ni visto raro, esto es un handicap.


He puesto en mi pared un listado (con foto) de las nobles españolas o que hablen el castellano. No quiero noruegas ni danesas con las que mi cortejos verbales no surjan efecto. Quiero mujeres de buen ver que sonrían cuando las diga que no encaja su edad con su rostro o que cuando las suelte alguna sugerencia lasciva al oído  me devuelvan una caída de párpados como medio de aprobación.


Bueno, tampoco hace falta que estén muy buenas, para eso existieron las amantes los hijos bastardos, y en esas esferas debe ser tan común como cuando yo pido un café con la leche templada y me la ponen caliente.


Es una lástima que no me lean princesas, infantas, nobles herederas, hijas del de Zara (aceptamos esta opción) porque estoy seguro que mi sinceridad y mi "nobleza" al hablar las haría considerar mi honesta propuesta.