jueves, 6 de junio de 2013

¿QUIÉN DA MÁS?, LA FIEBRE DE LOS TRASTEROS


Seguro que lo habéis visto alguna vez, seguro que habéis pensado que vosotros podríais hacer lo mismo que ellos : pujar por un trastero abandonado y encontrar un Picasso en su interior.

La verdad es que el formato es rápido (episodios de menos de media hora) donde fluye la adrenalina a tutiplen.
Se hace ameno y lo ponen a la hora de las siesta lo que provoca una competencia desleal con los documentales de animales de la 2 y permite acudir a los brazos de Morfeo sin remordimiento de conciencia de que te estás perdiendo algo realmente importante o sin tener que soportar los telediarios con los mismos ladrones de mierda que nos sodomizan desde arriba con la seguridad de que no tienen nada que temer.

Puedes cabrearte, tener ideas delictivas, o puedes soñar con que vas a una puja de este tipo y encuentras un pelotazo que te cambie la vida.

Cuando se ven este tipo de programas hay que tener claras varias cosas:

1. Los dobladores de estas cadenas no conocen la palabra "paro" ya que las mismas 8 voces doblan 6 programas.

2. El hallazgo interesante siempre, siempre , se encuentra detrás de un colchón viejo. El afortunado dirá frases como : "¡Dios mio!" "¡No me lo puedo creer!" "¡Espera un momento!..."" ¡Por esto me dedico yo a este trabajo!" etc...

3. Los pujadores no sobreactúan nada. De hecho, el del pelo blanco sale de actor en varias películas ...

4. Como en todo juego con dinero, gana más el que más tiene. En este caso suele ser un tipo con cara putero que dice "yeepppp" (o algo así ) mientras sonríe malévolamente con una carita que es para...para...eso. Parece que tiene que haber tenido problemas en casa de pequeño porque sus padres deben ser primos.

5. Se fijan una cantidad hasta la que llegar, y a veces pierden una puja importante por algo ridículo. No entiendo que no les parezca igual pagar 3000 dolares que 3010 por algo interesante.

6. Los subasteros me ponen nervioso (sobre todo ella) que tiene pinta de menopaúsica desquiciada al borde de un ataque de nervios. Su marido parece sacado de una serie de policias de la época de Canción triste de Hill Street, por ejemplo.

7. La pareja del calvo y la rubia están, claramente, juntos por amor. Modelo Paquirrín.

8. El gordo come-hamburguesas se vanagloria de que es un gran jugador y de sus tácticas. La táctica de este juego es subir al anterior y tener dinero. Tiene el tipo de yanqui sociable y amable que te puede disparar con su recortada entre ceja y ceja. Su hijo continúa con la esbeltez de su padre.

9. El del pelo blanco, el actor, es un coleccionista. Podía haber sido payaso ya que es lo que hace, un circo. Me hace gracia, como a todos vosotros. Se le ve mileurista y preocupado por llegar a fin de mes. La verdad es que su estética mola. Espero ansioso el spin off.

10. Cuando llevan un medio de transporte más grande de lo habitual se vuelven a casa con ello vacío.

11. A veces llevan a uno con cara de ruso para que haga el papel de malo. Me extraña que no lleven a un árabe con barba. Demasiado tópico.

12. Abren demasiado fácil las cajas fuertes.

13. Si un objeto es antiguo siempre es una primera edición. Es curioso que en trasteros donde hay cajas de pizzas, televisiones de las viejas, bicicletas rotas, haya escondidos tesoros como colgantes de diamantes. Se les va la mano.

14. Es una exageración del Sueño Americano. Estos tipos siempre te venden la misma moto.

15. Los anónimos no tienen dinero en estas pujas. Deben ir todos con 100 dólares o algo así. No se molestan en ocultarlo desde la productora.

16. Los "expertos" se repiten en muchos episodios, creo que son los que realmente ganan en este negocio si cobran por tasaciones.

Habréis notado que no hablo de ¿Quién da más? Texas. Me pasa como con CSI, me quedo con el original. El otro me parece MÁS sobreactuado todavía, menos creíble.

A mi me gustaría ver una versión patria de esto. Molaría ver a Karmele Marchante, Ostos, Bárbara Rey, Salvador Sostres y algún Gran Hermano pujando por trasteros abandonados en Pan Bendito o en Marbella.
Como subastadores estoy viendo a Roncero y a Bibiana Fernández. La verdad es que suena bonito....

A mi me agrada que haya este tipo de programas, creo que ayudan a desconectar un poco de la vida rutinaria, aunque son peligrosos si la gente cree que ellos pueden hacerse ricos de la misma manera.
Es televisión, un show, no lo olvidemos.

Por cierto, lo mejor es la banda sonora, potente y pegadiza, me encanta.


                                        Una verdadera coña de vídeo (estáis avisados)


9 comentarios:

Cari dijo...

Pues hoy sí que no sé de qué hablas, sólo me suena lo de la siesta en los documentales que no suelo ver, no me gusta ver a los animalitos comiéndose aunque sea ley de vida animal y lo mismo humana cualquier día de estos. Pongo series que entre el ir venir del sueño veo, pero algunas no las conozco, no sé si desgraciadamente o afortunadamente.
Por cierto tengo trastero pero de Picassos en su interior nada de nada, de hecho ya no caben ni mis ideas… 
Una brazo Carlos.

CARLOS DEL B. IGLESIAS dijo...

Cosas de la tele...

Un abrazo Cari.

Anabel Rodríguez dijo...

Pues yo lo veo en la hora de la siesta, eso o los cazatesoros, o los gorditos (de los empeños) y la verdad es que me estoy riendo un montón leyendo tu entrada porque das en el clavo. Un saludo

CARLOS DEL B. IGLESIAS dijo...


Tienes buen gusto, Anabel, si te gusta lo que escribo. :)

Un beso

Unknown dijo...

Las subastas y los postores son reales, lo que sucede que ninguno de ellos vive en una gran mansión, de echo de un trastero en el que ellos tienen 1000 dolares de beneficio, se encuentrán con 10, que tienen que llevar enterito al vertedero y eso a ellos les cuesta 300 dolares.

Unknown dijo...

¿Cómo se sodomiza a alguien desde arriba? Yo siempre pensé que eso se hacía por detrás...

CARLOS DEL B. IGLESIAS dijo...

¡Guarrillo! :)

EstefBerlanga dijo...

Hace varios años, antes de que empezaran este tipo de programas, cuando era una niña, acompañaba a mis padres a algunos pueblos de Texas donde se hacían las subastas de las bodegas abandonadas. Obviamente no encontrábamos joyas, pero por una ganga de 40 o 50 dólares, pillabas cosas interesantes, alguna antiguedad o algún mueble o electrodoméstico que por sí solo pagaba el costo de la bodega y la gasolina. Aunque mejor que el negocio de trasteros, era el de ir a una subasta de coches de segunda mano, se subastaban a precio de deshuese y si sabías mecánica o conocías a un buen hojalatero, los márgenes eran del 300% o 400%

CARLOS DEL B. IGLESIAS dijo...

Pues mira, me gusta tener un testimonio de tu tipo. Gracias. Un abrazo