De todo lo que nunca tuve...
a ella es a quien más echo de menos.
Suspiro porque mi situación cambie,
rezando a Dios cada mañana,
secando mis lágrimas con la sábana
de mi cama blanca, sin nadie.
Rondo su casa por las noches frías,
me escondo detrás de la cobardía
esperando que llegue ese día
donde sane mi corazón sus estrías.
Siento miedo a su respuesta,
sed de su mirada,
sueño despierto...
suspiro.
"No hay peor elección...
que la resignación"
Creo...
vivo dormido.
Pienso en la nada,
nada me cuesta.
Atreverse o cortarse, gran duda mía...
Cruz o cara,
amor o tara.
Decido acercarme a esa tía,
yendo temeroso de todo,
me contestó de muy mal modo,
siendo devueltas, mis esperanzas de luto cubiertas.
De todas las formas...
sigo echándola de menos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario