Hay veces en la vida, muy pocas, que lees el libro que debes de leer para el momento justo en que te encuentras en tu existencia, con este libro creo que he encontrado lo que necesitaba para este momento.
Cuando uno está meditabundo, y anda analizando posibilidades futuras ,está bien disfrutar de una delicia como esta, que ayuda a ver el mundo con optimismo y esperanza...además de realidad.
Lo difícil no es publicar un libro (véase ejemplos de negros que se hacían pasar por presentadoras matinales o de colaboradoras no exactamente esqueléticas recomendando dietas además de no usar desodorante antitranspirante porque provoca cáncer...) sino que lo realmente complicado es escribir algo que pueda provocar el leerlo por placer, con ganas de no parar y que conlleve una circunstancia curiosa pero elemental para comprobar hasta donde te puede marcar un libro: tener un bloc de notas en el que apuntar frases que te sorprendan y te gusten....este es el caso.
Estamos en un mundo en el que parece que se lleva el escritor pedante (estúpido adulterado por el estudio), con mal humor, encabronado con el mundo y que solamente habla en la tele para criticar todo (y a todos)en las tertulias de la tele del logotipo del toro (esa que pide dinero para continuar su "labor"...).
Pues bien, Albert es todo lo contrario; contagia alegría y ganas de vivir. Es una clara muestra de que el humor es analgésico y que la sencillez en el relato no está reñida con la majestuosidad.
Este no es un libro de "autoayuda", gracias a Dios. No es una mierda de esas que te tratan como a un imbécil. Tampoco le hace falta "alquimia" para que llegue....tiene cierto toque de "Amelie ", de "mágico", de poético....
Trata de la historia vital de un cuarentón que se dedica a buscar niños desaparecidos mientras por medio de flashback nos justifica sus actuaciones y su temperamento...nos cuenta sus circunstancias familiares, físicas y emocionales...
Todo tiene un mensaje claro, valorar la vida y aprender de quien puede aportar buena energía y sabios conocimientos.
Estamos rodeados de gilipollas que se creen el "ombligo del mundo", de gente negativa y de gente que no "suma" nada a nuestras vidas, solo "resta"...hay que buscar las piedras angulares de nuestra vida...las positivas y de las que se pueda absorver experiencias vitales....
Por lo general la gente da consejos..muy a la ligera..."si yo fuera tu..."...coincide con la gente menos envidiable..gente prescindible de nuestras vidas.
La capacidad de "parar el mundo" desde el punto de vista del autor es tan emocionante que reconozco que en algún momento del libro alguna lágrima (seguramente de felicidad) se me escapó.
Es un maestro de ver la botella medio-llena...usando para ello la ironía ,y lo hace con soltura.
Le pondría la pega de que se me ha quedado corto el libro (lo he leído con demasiado ímpetu) ...se que me va a marcar...
Pues nada...todavía tengo en el paladar el sabor de lo "gustosamente ingerido" y espero que se me traspase a las entrañas de mi cuerpo y que se me quede alojado allí, para siempre.
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