lunes, 27 de julio de 2015

"EL SÍNDROME DE MAMÁ OSA"; SIENDO MADRES Y PADRES CON LUZ BARTIVAS


Nos llevamos bien. Luz Bartivas y yo tenemos una forma de ver la vida muy similar en muchos aspectos. Nuestro humor es parecido, así que no tenemos que preocuparnos en modificar frases para que el otro lo entienda.
Digo esto porque este libro no es simplemente un interesante medio para acompañar a los padres ante el vital trance de tener un vástago o para recordar con una sonrisa lo vivido, es un ejercicio de buen-hacer con el "toque-Bartivas" que no es nada pastelón pero que sabe combinar bien seriedad en algunos consejos con humor agradable y veraz.

No puedo engañar a nadie, este libro escrito por otra persona no habría empezado a leerlo en la vida, no es de los temas que me llaman cuando estoy en la biblioteca o en una tienda de libros, pero sabía que el tono no iba a ser pesado y ñoño, que iba a ser a su "estilo" y eso siempre es gratificante porque Luz tiene mucha fuerza y mucho que contar exponiéndola. Me gusta rodearme de gente luchadora, me contagia.

Ella es periodista. Ha pasado por la COPE, la SER, el DIARIO LA VOZ de Asturias y varios sitios más. Durante 10 años fue colaboradora de la revista "SER PADRES HOY", que es donde empezó a escribir de estas cosas y a contarlo de esa manera tan didáctica y suave que parece una profe de escuela.
Yo no he leído en mi vida esa revista, siempre he sido de comprar EL JUEVES, la MICROMANÍA, GIGANTES DEL BASKET y alguna vez una de esas donde en la portada salen chicas enseñando tatuajes en la ingle y que por dentro traen reportajes de investigación.

El prólogo de este libro lo realiza Pepe Colubi, uno de esos tipos interesantes con los que te tomarías una cerveza. No tengo tantos en esa lista, cada vez menos, la edad me hace insoportable cuando a relaciones sociales se refiere.

Quiero señalar que me gustan muchos las ilustraciones del libro, la de portada y las que separan los capítulos. Son obra de Marco Antonio Paraja. Tendré que seguirle.

Antes de entrar a comentar el contenido del libro habrá que decir lo que es el Síndrome de mamá osa. Se refiere a que en cualquier animal hembra, al nacer la cría, se activa un instinto de protección inconsciente. Ese vínculo tan fuerte, eso es este bendito síndrome.

Luz divide el libro el varios capítulos que se desarrollan de manera progresiva, desde momentos antes del nacimiento del retoño hasta la adolescencia. Comenta en cada etapa las cosas agradables y desagradables, las duras y las más sencillas. No oculta nada, no edulcora nada. Pero tampoco es extremista, lo escribe todo con naturalidad.

Me llama mucho la atención la mezcla de diminutivos y de aumentativos según procede. Es muy hábil a la hora de referirse a ciertas cosas y lo hace con una actitud pedagógica que resulta agradable, sin meter chapas, como si te lo contara en una mesa camilla, relajadamente, constatando las dificultades pero sin meter miedo, sin dejarse un cabo por atar.

El punto fuerte de este libro, que me hace leerlo hasta el final, es el humor. Las anécdotas que cuenta tienen gracia y me provocan hilaridad. Me gusta la forma de estructurar el libro, provoca una buena digestión y no hace "bola" en el estómago.

Ahora trataré otro punto, el personal. ¿Qué hace un soltero sin pareja como yo leyendo esto? ¿Qué opinión me merece la paternidad?
Vale, lo contestaré porque este es mi blog y suelo preguntarme y contestarme lo que quiero.
Yo, hace muchos años, cuando se me preguntaba que cual era el objetivo máximo de mi vida decía que quería ser padre.
Ahora, con 40 años pienso diferente. Tengo igual de cariño por los niños, me siguen gustando (salvo cuando me tocan los cojones en cafeterías,pero es culpa de los padres), pero casi estoy seguro que he renunciado a la idea de "ser padre". Todo puede cambiar, pero esa es mi idea a día de hoy.
No es que crea que sería mal padre, al revés, estoy seguro que sería cojonudo, pero es que lo que no creo que sea de seres civilizados coherentes es traer criaturas al mundo para que no puedan comer o tener todo lo que necesitan o en otros casos para que las cuiden los abuelos. Si no se puede tener no se puede tener, PUNTO.
Eso se llama responsabilidad. Luego pasa lo que pasa, vemos atrocidades en las noticias que ponen la piel de gallina. No todo el mundo puede ser padre y sobre todo : no todo el mundo debe serlo.
También tengo que reconocer que mi instinto paternal ha disminuido mucho y que me veo más cercano a ser padre de un cerdito vietnamita que de un niño. La vida dirá. No creo que haya que criticar a los que no quieren ser padres al igual que tampoco hay que hacerlo con los que sí quieren serlo. Respeto.
Tampoco entiendo, haciendo una acotación, esos padres que tienen hijos para salvar una relación o porque "sus amigos tienen". Falta cabeza.
Por otro lado quiero expresar mi admiración por todos los que adoptan seres vivos, en este caso humanos.Creo que tienen gran calidad humana.

Pues sí, señora, el libro me ha gustado, me ha entretenido, se lee rápido, es ideal para una terracita de verano con una clara bien fresquita.
Fijo que a muchos les provoca carcajadas, a otros lágrimas (recordando), a otros les ayuda y a otros les abre los ojos.

Luz es una tía muy maja y que espero que siga escribiendo muchos libros, espero que se anime a escribir una novela de humor, eso molaría bastante.


En esta foto sale Luz mirando con cara traviesa a cámara. Seguro que está pensando: "este gili, me dice que escriba otro libro cuando todavía no ha acabado el suyo". Tiene razón. 

viernes, 24 de julio de 2015

LA SINCERIDAD ESTÁ SOBREVALORADA ( EN ALGUNOS CASOS)


-"Carlos, hace años escribiste una entrada que trataba este tema".
- "Sí, seguramente, no la leas, vale. Es mejor que pongas en la tele esos programas que hablarán de tragedias, de la situación del país o donde salen vídeos de políticos diciendo sandeces. Yo soy más divertido y veraz, tú verás". 

La sinceridad está sobrevalorada. Nadie quiere escuchar la verdad si no les conviene.
Prueba a ser sincero cuando tu pareja te pide consejo sobre como la queda una cosa puesta (cuando ves que no la queda bien). Se arma la Cuarta Guerra Mundial (en la Tercera ya estamos).
Siempre recurrimos al uso del eufemismo como medio de salvaguardar nuestra integridad física.

La gente quiere escuchar lo que quiere escuchar. Te pedirán que seas sincero pero no lo quieren, quieren que adulteres la realidad para que todo tenga mejor olor, para que todo sea más confortable.
"Haz lo que quieras cuando salgas con tus amigos, pero dímelo". ¡Una mierda!, no quiere saberlo.

Recuerdo que mis ejemplos no tienen género, quien sí que lo tiene es el capullo que lo escribe. No domino eso de ponerme en el otro sexo para exponer pensamientos, no soy Ana Torroja en Mecano. Tampoco tengo mis cuentas en paraísos fiscales. 

No estoy a favor de mentir, para nada, no. La mentira, como norma general, es una obscenidad que provoca dolor. No creo que la mentira sea útil tampoco, ya que es cierto que tiene las patas cortas. Hay que tener muy buena memoria o ser un psicópata para mantenerla durante mucho tiempo.

¿De qué me sirve decir que soy Ingeniero y que tengo un sueldo de 3000 euros al mes para conocer a una chica? ¿Para qué cuando logre convencerla de quedar sepa que soy un aspirante a escritor que busca su camino y que no tiene lo que quiere en la vida?

Hay casos que puedo entender la mentira. Si eres votante del PP te tiene que dar una vergüenza terrible decir que votas a un partido que hace "ligero" a Franco y sus leyes. Un partido que quiere manipular a su antojo la Ley Electoral, que usa la Ley Mordaza como medio de represión, que usa sobres como medio de contentar gente, que reduce en Educación para crear analfabetos, que deja morir a personas por recortes en Sanidad, que se lo "llevan crudo" y no pisan el talego...pues claro, entiendo que no quieras que se sepa que eres cómplice de ellos. Puedes decir que votas a UPyD, pero cuidado, si sois más de 8 los que decís lo mismo lo mismo no cuela, no tienen tantos votos.

Nunca hay que ser sincero para enumerar defectos de otras personas. Tampoco para exponer secretos de confesión. La discreción es una virtud escasa.

La gente que presume de "honestidad" suelen ser justo lo contrario. Normalmente se presume de lo que se carece.
Es una cualidad que no debería ser recordada porque se debiera presuponer.

Las personas que se ponen muy pesados con que seas sincero también tiene un análisis. Son así  porque les han jodido mucho con mentiras o porque son mentirosos patológicos.
La sinceridad nunca se debiera exigir, al igual que no se exige que uno vaya duchado a una cita.

Con los años he aprendido que ser honesto me da más frutos que las mentiras piadosas. El engaño es la punta del iceberg de otras conductas que nunca son positivas para una relación, del tipo que sea.

En la vida hay que ser sincero pero teniendo clara una cosa: está sobrevalorada como medio de proporcionar la felicidad. Si quieres ser feliz piensa menos, vive la vida y recuerda que estamos en la vida cuatro días.
Tampoco fumes.









miércoles, 15 de julio de 2015

LOS 10 PRIMEROS SEGUNDOS DE UNA CITA


Os van a contar muchas cosas, muchas teorías, todas equivocadas. La única realidad es que el éxito de una cita se dilucida en los 10 primeros segundos desde que os veis.
Si en esos 10 segundos empiezan las pegas mal vamos.

El primer contacto visual es clave. La gente tendemos a poner trabas mentales por motivos de físico, atuendo o postura de recepción. Luego está el habla (y lo que se dice y como se dice). Suponiendo que por lo menos un "hola, ¿qué tal?" lo dirás dentro de los 10 primeros segundos esa variante quedará descartada o no. Nunca juzgues o comentes vestimentas. Nunca piropees de inicio. Son fosas a las que caerás. Game over seguro.

Las personas somos muy volubles, pero gran culpa de ese cambio de opinión lo tiene la excesiva idealización del aspirante a disponer de nuestro tiempo.
Ir a una cita con la idea de que toda va a fluir bien, que lo vamos a pasar de maravilla, sin esperar príncipes o princesas azules es una ventaja enorme, porque se burla a la frustración. Esta existe porque tendemos a querer que las personas sean como queremos que sean y no como son.
Todos tenemos fallos, algunos más que otros, es por eso que hay que esperar que la otra persona tenga también cosas que le hagan imperfecto. Hay que aprender a amar las imperfecciones.

Con la edad grabarás a fuego (en el omóplato) que las personas que aparentan ser muy perfectas son aburridas, esconden taras superiores a la media y resultan a corto plazo muy poco interesantes.
Tú me dirás que si quedas con Velencoso o con Sara Carbonero te importa más bien poco que sean perfectos,incluso sus taras, que lo que quieres es encamarte y contárselo a tus amigos o amigas. Es respetable.
Todos tenemos en nuestra vida momentos en los que no miramos más allá de una noche, pero para esto mismo tiene que haber química (o dinero si eres de los que cotiza, pero dejarías de ser incluido en esta preciosa historia que estoy relatando).

La química, complejo término, otros lo llamarán conexión o similares. No se puede definir contundentemente porque se basa en intangibles subjetivos, y como ello no existe vara de medir el resultado es aleatorio.
Puede depender de que tenga o tengas un mal día, de que en el metro hiciera mucho calor, de que tengas problemas familiares o económicos, de que te haya cagado una paloma o incluso de que te hayan regalado un libro de Coelho pensando que te hacen un favor (hay mucho cabrón en el mundo). Las variables externas son importantes, a veces tanto como las internas relacionadas con "formas de ser" o "modos de operar".

No, amigo o amiga, no. La química no está dentro de tablas matemáticas, es por eso que no se puede luchar contra ella. Tendrás que ser aliado de la suerte para reclamar fortuna y fiel compañero de la elegancia y de los modales para encajar con una sonrisa un desprecio.
Siempre te puedes auto-engañar echando la culpa al empedrado, pero no, no eres tú, no es ella, no es nadie, es la puta química de mierda que hace que una noche pase de ser regular a buena, de buena a muy buena o de muy buena a excelente. Incluso puede ser mala o muy mala.

Todo este proceso, TODO, se decide en los 10 primeros segundos, así que ya sabes, vete aseado, viste bien, sonríe, mantén una postura regia, habla lo justo, no bromees de entrada sobre cosas que se te ocurran al ver al otro y especialmente te recomiendo, encarecidamente, que si tienes un Dios le reces.

NOTA: Si algún día alguien conoce la receta para sobornar a la "química" que me envíe un email, estaría encantado de llevar a la práctica tal aprendizaje. El yoga y ser vegano no me ha servido, depilarme el pecho tampoco.  De ir a misa ni hablamos...

jueves, 2 de julio de 2015

¿Y SI LOS SUEÑOS FUERAN RECUERDOS DE COSAS YA VIVIDAS?



He puesto la imagen de Homer para despistar, para que no parezca que voy a hablar de un tema denso y pastoso, quizás innecesario para un día caluroso.

Últimamente estoy muy místico. No es bueno, es mejor vivir la vida sin pensar en las causas de los hechos ni en el futuro lejano. Lo sé, pero el tema de los sueños siempre me ha atraído.
Creo en la reencarnación, estoy seguro de que se produce. Creo que somos almas que pillan cuerpos prestados. Es por eso que no creo en Dioses y sí que creo en energías. Por eso nunca he entendido lo de los cementerios y soy más de incineraciones. Lo de ir a un sitio a velar los restos de alguien me parece poco útil, soy más de recordarle en mi memoria y como yo quiero, sin caja de pino o demacrado por una enfermedad.

Yo tengo lo que se llaman "sueños lúcidos". Hay una parte de la población mundial que los tienen, un diez por ciento según varios estudios. Esto conlleva que nunca tengo pesadillas. Si sueño soñaré cosas agradables o por lo menos que no sean angustiosas.
Soy plenamente consciente de que estoy soñando, pero solo "intervengo voluntariamente" cuando la aventura onírica puede llevarme a un proceso dañino.

Como curiosidad añadida diré que siempre que sueño con alguien se lo digo. A veces no se me ha entendido ese acto, pero es como si tuviera la necesidad de contarlo. El problema es cuando son sueños húmedos, son más difíciles de contar directamente. Aún así lo hago.

Bueno, pues llevo unas semanas pensando que los sueños no son casuales, que son recuerdos de mi YO en otras vidas. Por eso es que la mayoría de las veces no reconozco a los intervinientes. Creo que es una especie de diario que leo todas las noches y que saboreo porque en el fondo es sentirme libre.
Eso explicaría que a veces tengo otros rostros, a lo Arya Stark.

No creo que sean aleatorios, creo que es como si en cada circunstancia eligiera, sin saberlo, el pasaje de mi diario vital que me dará lo que quiero en ese instante. Todo puede tener relación con algo que he hablado, vivido, leído, sentido...

Muchas veces escucho eso de "hay que vivir los sueños", a lo que ahora respondería "lo mismo ya lo has hecho". Nadie puede decirme que esté equivocado, al igual que nadie puede demostrarme que exista ningún Dios y mucho menos que de existir que sea clemente y bondadoso (a los datos de catástrofes me remito).
Tampoco me convencen de que haya infierno, aunque eso me lo creo un poco más cada vez que vomito después La Razón o el ABC. El calor que hace ahora también de da que pensar que Pedro Botero se ha dejado alguna puerta abierta y emana para aquí el calor de su caldera.

Me gustan los sueños, me gusta soñar. En ellos beso a chicas que no podría besar nunca, aunque puede que las haya besado ya.

Creo que soñar en necesario. Hace poco soñaba que vivía en una Democracia donde había libertad de expresión. Fue una terrible putada despertar y ver que vivimos en los años 40. Me invadió el desasosiego y me tuve que refugiar en Calderón de la Barca y en su "La vida es sueño".

Seguiré soñando, mucho, cada vez más, tengo unas ganas terribles de soñar, porque en ese instante nadie me puede multar por rebelarme ante la mierda.

Vosotros dad una vuelta a esto y decidid si lo que soñáis ha sido vivido ya.

Diego Torres nos habla de sueños: