Los que somos de secano no siempre hemos tenido la suerte de disponer del mar cerca y nos hemos tenido que conformar con acudir a la piscina más cercana para confundir nuestros sudores veraniegos con su agua a menudo demasiado fría…
El acudir a la piscina suponía un acto familiar que implicaba unión, suponía un ejercicio físico, buen llantar y era el momento en el que soñadores como yo nos sentíamos más libres zambulléndonos de cabeza y escuchando el silencio inspirador envuelto de azul celeste.
Otro rasgo característico de aquellas épocas era el olor a cloro... ya que depuraban las piscinas y usaban productos pocos delicados para la pituitaria que duraban impregnados en nuestras ropas lo que durara la jornada lúdica.
Incluso después de la ducha obligatoria al salir del recinto seguías oliendo a ese olor…
Por aquel entonces me parecía una olor molesto, hoy lo añoro.
El otro día me acerqué a la piscina donde aprendí a nadar, donde en su césped devoraba bocadillos de tortilla de patatas con el ansia del que no teme consecuencias, y donde logré dar mis primeros besos a las niñas que tenían las mismas curiosidades por saber que tenía yo.
Era un lugar que reunía intereses con ocio y que conllevaba felicidad.
Pues bien, a parte del tema de la disminución del número de chopos (en uno estaba todavía un corazón con mi nombre torpemente grabado) eché en falta la ausencia del olor a cloro.
“Ya no usan cloro en las piscinas” me dijo un fornido socorrista…es como si me hubieran robado parte de mi infancia, ni evocar olores se puede…
6 comentarios:
Es curioso yo que pasé mi infancia junto al mar jamás pensé que mi madures estaría marcada por el agua dulce al la que yo llamo la bañera grande y echando de menos ese sabor a sal sobre mi piel. Recuerdos...
Besos
Tremenda oda al cloro jeje, solo tu podrías hacer algo así.
Soy de costa con lo que no comparto tu nostalgia pero bueno, las piscinas huelen igual en todas partes y si que es cierto que ya no se nota tanto.
Sea o no mejor método, si que es una pena perder esos detalles que tantos recuerdos traen.
un saludo y enhorabuena por esta entrada
40añera...yo también me quedo con el mar de la Costa Brava...jeje
Nesa...escribo esto para sacar mi lado sensible..la siguiente será más canalla, que se que os gusta...jaja
Besitos a las dos
Viví muchos años cerca del mar, muy cerca, no me van las piscinas pero como ahora toca por estar en "secano" pues alguna vez las visito, pero pocas.
Nunca me he fijado en si su olor es igual que antes, pero Carlos, nada es como antes, no sé si mejor o peor, pero así es, ya vez me he puesto en plan añoranza.
Un abrazo Carlos.
En fin chico del perfil romano, no quiero ser cruel, pero creo que no he ido a una piscina en mi vida. A mi me va más el olor de la brisa marina, el perfume a sal que levanta el viento y nos revuelve el pelo al atardecer..., ya, jode un poco ¿qué le vamos a hacer?
guapo...:) no te enfades mucho jeje
Bueno Cari...entiendo tu morriña norteña...y mucho....
Angela...3 años de mi vida he podido disfrutar del mar como "domicilio habitual"... yo también lo prefiero..pero no me evoca recuerdos de infancia-pubertad...
Daros por rebesadas ....
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