lunes, 30 de julio de 2012

EL VENDEDOR DE RELOJES



Por aquella época vivía yo en Monterrey (México).

Era el primer año del cambio de horario en verano y en invierno. Las televisiones no se cansaban de repetir el proceso, los periódicos igual, y el boca a boca hacía el resto. Era una medida energética se añadía.

Yo andaba con unos negocios de arte : pintaba a modelos desnudas y lo vendía en una especie de mercadillo que hay a las afueras de la ciudad, justo al lado de la plaza de toros.

El pintar modelos desnudas me conllevaba varias satisfacciones : la visual (obvia), la económica cuando enajenaba alguna obra al siempre comprador fiel onanista y la amatoria aprovechando el sabido halo de los artistas. Unas gafas de pasta y una barba mal afeitada eran mi carta de presentación.

Me desplazaba por la ciudad de un lado a otro en busca de motivación para pintar o para sonreír.
En una estación de tren pude presenciar el negocio más curioso jamás visto por mí.

Un tipo de unos cuarenta años, piel oscura, mostacho recortado, raya del pelo a la derecha, trajeado con un traje de color marfil, camisa ocre, zapatos limpios, dentadura perfecta y verbo ágil tenía delante de él un pequeño stand.
En este se podían observar varias decenas de relojes y un cartel que rezaba "se venden relojes con la nueva hora".

Me quedé perplejo y sonreí. La picaresca llega a agudizar el ingenio. Pensé que muy tonto habría que ser para caer en esa burda estafa. A pesar de todo me hice con un ejemplar del periódico de la zona, y como buen espía me senté en una terraza cercana con un café con la leche templada de compañía.

Estuve cerca de dos horas y vendió más de 10 relojes. Me quedé perplejo.

Eso me hizo reflexionar y llegué a la conclusión de que la gente está más preocupada de contabilizar el paso del tiempo que de vivirlo.

7 comentarios:

Gabriela Collado dijo...

Así es lamentablemente querido amigo y muchos son los vendedores de relojes que se aprovechan de ello...

MaÁngela dijo...

Ésta anécdota está muy simpática. Lástima que haya gente que se aproveche de la ignorancia de algunos....

Mmmmmmm ( yo compré un reloj con el nuevo horario.... Jjaaja. No. Es broma)

Un .abrazo.

CARLOS DEL B. IGLESIAS dijo...

Abrazos chicas

Eme dijo...

a que sí!
besoss

eliott dijo...

Quizás esta anécdota sea representativa de aquella frase de Steve Jobs: La gente no sabe lo que necesita hasta que no se lo enseñas.
Un abrazo, amigo :)

CARLOS DEL B. IGLESIAS dijo...

Buena frase de Jobs, Eliott.

Saludos a ti y a MC ;)

Mere dijo...

A veces necesitamos de cosas inútiles como excusa para avanzar hacia alguna parte y lo mejor de todo ¡es que funciona! ¿Llamémosle esperanza o ignorancia? Qué + da, si sobrevivir es lo importante. Besos